Séptima muestra





Mis recuerdos

El curso en el que se desarrollaron las prácticas docentes está enmarcado en un centro en el que se sigue una metodología basada en el enfoque comunicativo, dentro de un contexto de inmersión lingüística (Argentina). Debido a la pandemia todas las clases se estaban desarrollando en línea, por ello los estudiantes ya no formaban parte de un grupo grande de clases, sino que se abrieron espacios más reducidos para poder garantizar el desarrollo de las actividades aun en la virtualidad. 

La muestra que verán a continuación es una de las actividades que desarrollamos en la práctica docente, la cual considero es un buen ejemplo de cómo se pueden abrir espacios para generar un lazo de confianza y acercamiento aun en la virtualidad. 

Se tuvo la oportunidad de participar en las clases de dos grupos, ambos compuestos por jóvenes de 17 a 19 años de edad, todos poseen un nivel A2, de acuerdo con el MCER y el diagnóstico realizado por la tutora. Tres de ellos provenían de Estados Unidos y una de Brasil, esto implica la existencia de diferentes lenguas maternas y culturas de aprendizaje. Los grupos de clase estaban conformados por dos estudiantes y la tutora, como apoyo y motivo ocasional asistimos dos practicantes a estas sesiones. En cuanto al tiempo, los estudiantes reciben dos horas de clase por día, durante una semana. La actividad seleccionada para la muestra fue desarrollada al como actividad final de una sesión de clases. 

Debido a la situación de pandemia las dos semanas de clase las sesiones se desarrollaron en la aplicación Skype, en un grupo integrado por los participantes, esto permitió que las herramientas que están a la disposición del docente y de los estudiantes fueran fáciles de usar y se pudiera participar de la misma dinámica por ambas partes. Esto es sin duda una de las ventajas que ofrece la aplicación pues con el acceso se realiza con el correo electrónico que utilizamos habitualmente y se trabaja como en video llamada. Cada estudiante tenía su propio espacio físico en el que desarrollaba sus clases, la mayoría de ellos se encontraba en la comodidad de su hogar, habitaciones, comedores o algún espacio similar donde tuviera la mejor conexión posible.



La práctica docente es un acercamiento a la realidad educativa que día con día el docente de ELE experimenta. Sin importar la modalidad en la que se lleven a cabo las clases, sea presencial o virtual, cada clase es una experiencia nueva. La práctica nos enseña que la mejor oportunidad para aprender es cuando estamos frente a un estudiante, pues ellos son quienes nos brindan insumos para poder desarrollar nuestra profesión. 

El ejercicio de dar una clase 100% en línea es una oportunidad que la pandemia nos ha brindado, y es que muchos de nosotros nunca hubiéramos tenido la oportunidad de salir de nuestra zona de confort y experimentar el desarrollo de una clase así. El ejercicio de la docencia es un gran compromiso, pero adicional a esto, este año nos enfrentamos a un reto que nos motivó a la práctica de la resiliencia. 

Para el desarrollo de la actividad “Mis recuerdos” los estudiantes escogieron cinco interrogantes de las que se mostraban en la imagen, cada una evocaba a un recuerdo de su infancia, de modo que ellos debían responder y relatar por qué habían escogido esa pregunta. Para generar una dinámica activa a la hora de compartir sus respuestas se turnaron uno a uno y a medida transcurría la actividad surgieron otras preguntas y expresiones que enriquecían el vocabulario del grupo. 

Al participar, además de evaluar el uso de verbos en pasado, la coherencia al formular sus ideas o bien la adecuada pronunciación de algunas palabras se permite al estudiante compartir sus emociones, recuerdos de la infancia y experiencias de vida. Esa apertura al grupo de clase y al docente es lo que para mí fue realmente significativo. Luego de esa clase los jóvenes compartían con mayor facilidad sus opiniones y realizaban consultas más frecuentemente. El conocerse permite que ellos utilicen un vocabulario más informal y expresiones más comunes. 

Trasladarse del aula a una pantalla implica una tarea extra para el docente, pues debe crear un vínculo emocional y afectivo con un estudiante que muchas veces es distante por miedo a preguntar, opinar o equivocarse. He seleccionado esta actividad como parte de las muestras del portafolio pues al ver su desarrollo pude percibir la aceptación y motivación por parte del estudiante hacia el docente. Este tipo de actividades pueden replicarse en grupos más grandes haciendo uso de otras aplicaciones como Whatsapp, Flipgrid o Telegram, pues el conocerse más permite generar confianza aun si se encuentra a kilómetros de distancia.

La práctica docente es un acercamiento a la realidad educativa que día con día el docente de ELE experimenta. Sin importar la modalidad en la que se lleven a cabo las clases, sea presencial o virtual, cada clase es una experiencia nueva. La práctica nos enseña que la mejor oportunidad para aprender es cuando estamos frente a un estudiante, pues ellos son quienes nos brindan insumos para poder desarrollar nuestra profesión.

El ejercicio de dar una clase 100% en línea es una oportunidad que la pandemia nos ha brindado, y es que muchos de nosotros nunca hubiéramos tenido la oportunidad de salir de nuestra zona de confort y experimentar el desarrollo de una clase así. El ejercicio de la docencia es un gran compromiso, pero adicional a esto, este año nos enfrentamos a un reto que nos motivó a la práctica de la resiliencia.

Para el desarrollo de la actividad “Mis recuerdos” los estudiantes escogieron cinco interrogantes de las que se mostraban en la imagen, cada una evocaba a un recuerdo de su infancia, de modo que ellos debían responder y relatar por qué habían escogido esa pregunta. Para generar una dinámica activa a la hora de compartir sus respuestas se turnaron uno a uno y a medida transcurría la actividad surgieron otras preguntas y expresiones que enriquecían el vocabulario del grupo.

Al participar, además de evaluar el uso de verbos en pasado, la coherencia al formular sus ideas o bien la adecuada pronunciación de algunas palabras se permite al estudiante compartir sus emociones, recuerdos de la infancia y experiencias de vida. Esa apertura al grupo de clase y al docente es lo que para mí fue realmente significativo. Luego de esa clase los jóvenes compartían con mayor facilidad sus opiniones y realizaban consultas más frecuentemente. El conocerse permite que ellos utilicen un vocabulario más informal y expresiones más comunes.

Trasladarse del aula a una pantalla implica una tarea extra para el docente, pues debe crear un vínculo emocional y afectivo con un estudiante que muchas veces es distante por miedo a preguntar, opinar o equivocarse. He seleccionado esta actividad como parte de las muestras del portafolio pues al ver su desarrollo pude percibir la aceptación y motivación por parte del estudiante hacia el docente. Este tipo de actividades pueden replicarse en grupos más grandes haciendo uso de otras aplicaciones como Whatsapp, Flipgrid o Telegram, pues el conocerse más permite generar confianza aun si se encuentra a kilómetros de distancia.

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