Una imagen y mil palabras para la reflexión

La enseñanza del idioma de una lengua extranjera

La enseñanza y el aprendizaje de una lengua extranjera están influidos por diferentes factores, tanto internos como externos de la persona que aprende y de la persona que enseña.

Es importante mencionar y reconocer las diferencias existentes en los individuos, la manera cómo aprender y los entornos en que se encuentran.

El proceso de enseñanza y aprendizaje parten de un factor común: el deseo de aprender, y está la relación (estudiante-docente) se ve influenciada por diferentes factores: factores biológicos de cada persona, conocimiento, sociedad, familia, conocimientos, estilos de enseñanza, estilos de aprendizaje, la motivación intrínseca y extrínseca, las ramas de léxico, tipología, español, didáctica, literatura, tipología textual, expresión oral y escrita, cultura.
En este sentido, los procesos de aprendizaje de la lengua extranjera constituyen un interés de suma consideración para los que se mueven en el campo de la docencia. Desde esta óptica, Santos Gargallo (1999: 22) destaca que: “A todos los profesores nos interesa profundizar en el conocimiento del proceso de aprendizaje, es decir, en los factores psico-afectivos, sociales, educativos, etc. que inciden en dicho proceso; ya que cuánto más sepamos sobre este proceso, mejor podremos orientar el de enseñanza, en el sentido de que contribuya a agilizar y facilitar el uso de la nueva lengua.”

El papel del docente adquiere entonces aún más importancia en este proceso, ya que no basta conocer la lengua, el idioma, si no aunar todos estos elementos que están condicionados por el aspecto “cultura”:

- Por lo tanto, cuando se habla de enseñanza de una lengua, la cultura es un elemento inseparable. -


La responsabilidad del docente incluye aspectos e intereses de diversas índoles: la influencia del entorno y la lengua que enseña. El profesor de lengua extranjera conoce la lengua-cultura extranjera, por lo tanto, su actuación debe tener en cuenta ciertas normas.
El docente no sólo debe formarse en conocimientos de la lengua, si no, complementar su formación e informarse acerca de la cultura, situación de la sociedad y ser gestor de lo complejo del contexto para conseguir el desarrollo en el idioma, intelectual, social y cultura de los estudiantes.

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